No es buena idea salir a correr cuando has tenido una sesión de fisioterapia bastante dolorosa el día anterior y menos aún si ese mismo día también hiciste un entrenamiento duro para amortizar el dinero que ibas invertir en que alguien te clavasen agujas por el cuerpo. Pero cuando el día, ya de muy temprano, tiende inequívocamente a ser una mierda, es muy difícil que cambie. Uno cree que todos los problemas se van a solucionar corriendo o al menos eso dicen constantemente en twitter, pero no fue el caso, al igual que mi gemelos creían tener aún clavadas las agujas del día anterior, yo seguía sin desprenderme de esa mierda de día.
Parar a mitad de camino cuando aún te quedan varios kilometros de vuelta a casa puede estar mal visto por los seguidores de frases motivacionales tipo «honor y lucha» o «el dolor te hace fuerte», pero la decisión fue cogiendo forma cuando paré a los 10 minutos de empezar y decidí dar la vuelta antes de tiempo. En mi defensa podría alegar, si es que existe un juzgado de corredores de ultima instancia o similar, que en el iPod estab oyendo a Ángels Barceló entrevistaren Hora 25 a una mujer que relataba su subsistencia económica desde hace dos años, sobreviviendo con menos de 200 euros al mes junto a su marido e hijos, algo que terminó de desanimarme por completo. Salir a correr para despejar tus problemas diarios, oír problemas más graves que no hacen que los tuyos sean menores, sino todo lo contrario, generaron una suma extraña que acabó con la poca voluntad que llevaba en mis piernas. Por lo que decidí que 30 minutos de padecimiento eran más que suficientes para un día en el que teóricamente no tendría ni que haberme puesto las zapatillas. Paré el gps y comencé a andar los 20 metros que tarde en darme cuenta que no tenía prisa por llegar a casa y ver un banco donde poder sentarme.
Sentado, con los auriculares aún puestos y la respiración alterada, cambié a la señora en dificultades por algo de música que me dejase mejor sabor de boca. Y en ese punto, al comenzar las primeras notas de alguna de las canciones que llevo sin actualizar desde hace años, sucedió el hecho relevante de esta historia: mucha gente seguía corriendo y yo, ensimismado en el inicio de la música, era un corredor espectador, un actor viendo una película sobre él mismo. No es que fuera la primera vez que veo gente correr, pero esta vez todo lo veía desde una perspectiva extraña, sentado, vestido de corredor, pero sin identificarme completamente con lo que veía, aún sonándome totalmente familiar.
Cada persona que corría frente a mi lo hacía de forma totalmente distinta al siguiente en pasar; muy encorvados, con el cuerpo recto y echado hacia delante en un equilibrio casi imposible, con pasos cortos y rápidos o braceos más propios de un militar que de un corredor. Todos con un estilo de correr muy identificable ante una ficticia policía de corredores, rítmicos pero no fluidos, como juguetes de hojalata que hacen los mismos movimientos cada vez que caminan y siempre te parece que van a caer. Estaba viendo algo normal desde un punto de vista extraño. Pero fue el ver ese correr rítmicamente imperfecto lo que me trajo la calma que no había podido conseguir corriendo, solo fueron uno o dos minutos, no puedes estar más tiempo en un banco salvo que estés enamorado o seas jubilado, pero más que suficiente para poder disfrutar de otra manera los veinte minutos de paseo que tarden en volver a casa.
Puedes leer el origen de Prebook, el no libro de running, aquí.
Una cosa es estar en una carrera sintiéndote agotado y tirar de pundonor para llegar y otra es tener muy malas sensaciones o directamente dolor en una salida normal y pararte, que a mi me parece lo más razonable. Si te consuela a mi me ha pasado unas cuantas veces. Duele en el orgullo volver a casa así pero no somos máquinas. Ánimo y verás como enseguida coges el tono. El secreto de esto es la constancia, no hay más. Un abrazo
Hola Jerónimo,
Lo de ayer estaba claro, el físio me dejo fatal. En cuanto al orgullo, lo tengo hipotecado a largo plazo, espero poder correr de viejo y ahí si que estar orgulloso cada vez que salga. El resto una prueba literaria, que al igual que correr, necesita constancia.
Saludos
El pundonor hay que aplicarlo en los días en que estás bien para exigirte un poco más. Si no vas bien, lo más sensato es parar o aflojar el ritmo e irte a casa. Hiciste bien.
Hola Gonzalo, cada vez tengo más claro lo que dices. Mientras escribía este relato, me acordé de vuestro famoso parque romano, y pense que algún día tendrías que hacerlo, sentados en un banco, Pancho, Manuel y tu, comiendo pipas y viendo pasar corredores, sería como ver vuestra propia película.
Coincido con los compañeros, una cosa es tirar de fuerza, honor y algo de estupidez, dorsal mediante y otra hacerlo en un entrenamiento, que esto no es mas que salir a correr.
Todos tenemos nuestras obligaciones y nuestra cabeza, la cual no esta siempre dispuesta a hacer lo que el corazon o las piernas la dicen, incluso en el dia que mas ganas tienes ella puede decir que no, y es que no.
Correr no es solo poner un pie delante de otro, correr es tambien lo que tu hicistes, perseverar, observar y continuar.
Un saludo
Luego dices que yo te escribo te hace darle al coco, pero no te quedas atrás, lo de que correr también es perseverar, observar y continuar, me lo quedo para rumiarlo.
Un saludo
Cada uno sabemos cuál es ese día en el que toca volverse para casa
Y cuando llega, plegamos y nos vamos, tampoco es tan grave. Lo más grave puede ser no distinguirlo y seguir corriendo.
Sobre mi estilo corriendo «no comment»
Una vez reduje el frikismo de los corredores a una frase. Que como te vale para el runner-de parque-loslunesalsol, te la presto.
«Mira si seré friki que esta mañana he llevado delante corriendo a una tía en mallas y en lo único que me fijaba era en lo raro que pisaba»
Salud compañero
Como siempre, me quedo sin palabras ante usted, Sr. Novatillo. Cuando seamos viejos, más viejos, podremos ir a un banco y pasar la mañana diciendo, mira, ese correr mal, talonea mucho, mira aquél, con ese braceo donde se cree que va a llegar, … frikismo del #ImsersoRunner.