Suelo asignarle el término «brillante» a ideas que me asombran por su sencillez, esas que te sacan la frase: ¡Cómo no se me había ocurrido antes! Ideas simples en las que al ver la solución planteada todo cobra sentido. Ya escribí sobre el tema con la luz de freno para bicicletas y algo similar me sucedió cuando hace varios años vi que alguien en Suecia había desarrollado un guardabarros de lo más ingenioso para no mancharte tu espalda, y la parte baja de la espalda, al ir en bici y el firme está mojado.
Ya hace varios años que compré un guardabarros Ass-Saver, «salvador de culos» para aquellos que hemos sufrido el sistema de aprendizaje de idiomas en este país. Una idea sencilla y económica dentro de un mundillo, el ciclismo, donde parece que todo tiene que ser caro para que sea efectivo. La simpleza en la idea no equivale a que el proceso mental que te haya llevado a ella sea más sencillo que otros, más bien todo lo contrario, diseñar o idear productos o conceptos simples que solucionen problemas diarios sin que generen otros colaterales es bastante complicado o muchas veces suceden por golpes de suerte, esa bombilla que se enciende casualmente y de forma milagrosa tras incontables horas dándoles vueltas al problema en la oscuridad.
En este caso, la idea es muy simple, el guardabarros está formado por un trozo plástico que se puede doblar y que sirve de guardabarros. Puedes quitarlo o ocultarlo rápidamente y a un precio bastante razonable, por unos de 7-12 euros se pueden encontrar varios modelos en amazon (y alguna que otra copia descarada).
Desde que compré el mío hace 4 años han evolucionado como empresa y el propio producto, pasando de vender un único producto a tener distintos modelos y realizar colaboraciones con artistas o equipos ciclistas. En la foto de la derecha podéis ver el modelo inicial que compre yo y a la izquierda la 3ª versión del mismo modelo que se vende actualmente con pequeños cambios que no modifican la funcionalidad.
Ass-Saver sobrevive como idea/empresa tras su lanzamiento en 2011, vertiginoso lanzamiento que les llevó a salir en más de 200 blogs con solo un vídeo en vimeo (podéis leer una pequeña entrevista en inglés sobre cómo sucedió), ha añadido nuevos productos y las patentes le han evitado morir por imitaciones asiáticas. Dentro de otro par de años será interesante ver cual es el camino que ha tomado.
En este post no trato únicamente de enseñar un producto que he probado o una idea que me pareció interesante, mientras lo escribo me viene a la cabeza lo difícil que es sobrevivir al éxito momentáneo, y más en la era de internet donde todo avanza mucho más rápido de lo que podemos asumir. Lanzar una idea, producto, libro, post que resulte exitoso y ser capaz de sobreponerte a ello no es tarea fácil. Seguir con la misma idea e ir mejorándola o quizás pasar a otra totalmente distinta llevándote contigo todo lo aprendido, supongo que la respuesta será la misma que la que tienen todas las preguntas de este tipo: depende.
P.D: Tener ideas es fácil, lo difícil es lo que viene después.
En mi profesión ha y un dicho que es «as simple as possible». Creo que a veces nos complicamos demasiado y en la simplicidad está «la belleza». En fin, curioso invento que tendré en cuenta si algún día recupero mis paseos en bicicleta.
Hola Sergio,
Muy buena frase, de las que hay que colocar en la pared del despacho (habitación de mi casa) para tenerla presente cada vez que empiezo un proyecto nuevo.
Gracias por pasarte por aquí.