Hace un mes intentaba explicar lo difícil que era conseguir patrocinadores para un atleta y creo que muchos estaréis al tanto de los recortes que hay en cuanto a ayudas públicas para deportes minoritarios. La necesidad imperiosa de obtener marcas y resultados para conseguir becas o patrocinadores hace que pueda entender (que no compartir) los motivos por los que un atleta recurre al dopaje. Lo que me cuesta más de entender y es lo que me ha hecho escribir este post es la tolerancia general de la sociedad hacia a este tipo de práctica. Os dejo algunas reflexiones sobre el tema:
- Hay cierta cultura-incultura en este país que hace que se admire al pillo, al que se salta la ley, al defraudador de hacienda…. Y al dopado muchas veces se le considera únicamente como a un tramposo y ser tramposo en este país no es de que sea muy peyorativo.
- Casi ningún dopado al que se le sanciona admite que se haya dopado.
- Creo que muchas veces preferimos engañarnos a nosotros mismos y pensar que todo es un complot contra un deportista antes que admitir que el que fuera nuestro ídolo nos ha fallado, solo hay que ver el apoyo popular hacia el ciclista/chuletón o hacia la atleta/senadora.
- El dopaje existe en casi todos los deportes, al igual que existen las trampas en casi todas las áreas de la vida, pero me sigue sorprendiendo que no haya casos de futbolistas o que estos no salgan a la luz.
- En muchos círculos deportivos o de aficionados se considera que el dopaje solo afecta al que se dopa, que por el hecho de hacer trampas es simplemente un perdedor (#doopingforlooser) o que el que utiliza sustancias prohibidas solo se engaña a si mismo. Esta visión del dopaje deja al margen a todos los deportistas que compiten junto al dopado y que al quedar por detrás de él, pierden dinero y/o oportunidades laborales que ya no podrán recuperar, ya que la dilación en este tipo de casos hace imposible muchas veces se vuelvan a dar todas las posibilidades que el tramposo te ha robado
Ejemplo práctico:
La medalla olímpica que ha recibido Manolo Martínez tras casi 10 años es un claro ejemplo de las implicaciones que tiene el dopaje en otros atletas. A Manolo Martínez le robaron en su día dinero: el que la federación y/o patrocinadores otorgaban por conseguir medalla y el que pudiera haber ganado por nuevos patrocinios a partir de ese éxito, por no hablar de lo que supone privar a un atleta de recibir durante unos JJOO una medalla.
Otro problema que encuentro es la ley del silencio que existe alrededor del dopaje. Cuando un atleta o deportista es cazado con el «carrito de helados», no llego a entender el corporativismo existente en muchas ocasiones o el silencio de atletas que luego alzan la voz ante los recortes de presupuesto, cuando los dopados se han llevado parte de ese presupuesto sin merecerlo. No digo que realicen una lapidación pública pero no se si son conscientes de que con ese silencio están favoreciendo la tolerancia hacia el dopaje por parte del aficionado y le están haciendo un flaco favor a todos aquellos atletas que perdieron oportunidades por culpa del dopado.
El objetivo de este post era transmitir ciertas reflexiones sobre el dopaje, pero principalmente exponer que el dopaje se puede equiparar a robar a un compañero de profesión, pero aunque la sociedad entendiera esa comparación no creo que cambiara mucho la tolerancia actual hacia el dopaje. Por desgracia, el robo de guante blanco y la apropiación indebida de dinero público tiene un grado de tolerancia muy alto en este país, y aún más si el que no paga impuestos o los defrauda es el presidente de un club de fútbol o un futbolista famoso.
Lo que comentas es cierto, es muy de este pais de pandereta en el que vivimos. Si mañana se probara que la mitad del barcelona o el madrid de fútbol se dopan, la gente no lo creería, arremeterían contra los organismos de control por manipular pruebas. Y en todo caso los disculparían y dirían que la culpa es del entrenador, del utillero o del aparcacoches. Es algo de este pais del sur de Europa. La mentalidad en otros lados es muy diferente, hay un mayor concepto de comunidad, en Alemania un defraudador es un apestado porque ha robado a todos, aquí un defraudador es un modelo a seguir, un héroe, un Robin Hood.
Como casi siempre, de acuerdo con lo que comentas. Pero en este caso me gustaría pensar que te equivocas, que no somos un país de pandereta, pero me temo que tienes razón.
Totalmente de acuerdo con tu post, señor Notario!!… Por desgracia en España hay 1000 ejemplos de Dopados 5 Estrellas a los que doparse les ha salido muy rentable incluso después de que los pillaran…. Me acuerdo de Contador anunciando colchones con un par de güevos y encima haciendo alusión al solomillo!!!…. Vale vale q el no se dopó que le sancionaron porque los franceses le tenían manía……..
Ay!! Notario, si mi cuenta corriente hablase!!El caso de contador es para enmarcar, todos se dopan menos los nuestros, tenemos el sentimiento de país en las cosas realmente no importan. Y miedo me da día que salte la «liebre» en el dopaje amateur en carreras populares….